El maltrato (bullying) no es un tema de la escuela básica o secundaria. Los
matones o maltratadores crecen y llegan a todos los cargos, desempeñan todo
tipo de funciones y cada vez son más visibles en los lugares de trabajo.
Debemos reconocer que los matones siempre han estado en las empresas,
industrias y oficinas. Las dinámicas tradicionales de subordinación entre jefes
y empleados legitimaron muchas prácticas de matoneo que hoy resultan
escandalosas, insoportables e ilegales. En esta nota, pongo en evidencia 7
conductas que pueden desembocar en una relación de maltrato laboral.
Psicología de los intimidadores en el trabajo.
Se recogió el testimonio de la psicóloga organizacional Ghislaine Labelle en
un diario canadiense y se le preguntó por aquellos rasgos de personalidad que
desenmascaran a los matones en el trabajo. Ella indicó que «los
intimidadores son personas que arrastran rasgos narcisistas desde la
infancia». Explica ella que » estos adultos aprendieron en su
infancia que podrían obtener lo que quisieran de los demás usando gritos y
amenazas». Resalta esta especialista que todos los matones «llevan un
gran sufrimiento acumulado en su interior».
Un victimario puede ser saboteador, criticón y buchón al mismo tiempo. Su tarea es generar tanto malestar como sea posible. Si, además es sociópata, ni siquiera será consciente del sufrimiento que le produce a sus compañeros de trabajo.
Consecuencias laborales del maltrato.
Lo primero que es necesario aclarar es que un trabajador que ejerce matoneo,
acoso, maltrato o intimidación sobre un compañero de trabajo, debe ser
considerado como un victimario o victimaria. La víctima, por su parte, es el
receptor de las conductas abusivas por parte de su victimario.
Desde las áreas de Recursos Humanos, se debe prestar toda atención a las
caidas en los indicadores de motivación y en la productividad. También se
pueden encontrar huellas de las relaciones de matoneo en el incremento de los
indicadores de ausentismo o en el aumento de los indicadores de deserción y
rotación de los trabajadores. Finalmente, y es el indicador final, se verá un
alza en las demandas por acoso laboral.
Siete conductas típicas en los matones en el trabajo.
- Los sabelotodo. Son, como lo señala el diccionario de la lengua española, quienes presumen de ser sabios sin serlo realmente. Estas personas establecen relaciones altamente jerárquicas y se aprovechan de su autoproclamada erudición para imponer sus reglas y métodos. Los matones de este tipo se fortalecen cuando pueden poner en evidencia los errores que los demás han cometido. En contra parte, invierten mucha energía ocultando sus propios errores o cargándoselos a los demás.
- Los sociópatas, detrás de un rostro amigable y un trato extremadamente cordial se esconde una persona manipuladora que no logra establecer relaciones genuinamente empáticas. Estos personajes son altamente manipuladores y no escatiman esfuerzos en controlar las interacciones entre sus compañeros. Son generadores de conflictos que aprovechan para desprestigiar a los demás y ganar el favor de los jefes.
- Los arrogantes. Corresponden con el típico adulto-inmaduro que levanta su voz por encima de los demás. Impone sus opiniones, no por la fuerza de sus argumentos si no por el alto volumen de su voz. Estas personas son teatrales, gesticulan exageradamente, se envuelven emocionalmente en discusiones que no existen y fácilmente humillan a sus compañeros.
- Los hipócritas. Son características de matoneo que hacen mucho daño en todos los sistemas humanos: familia, trabajo, amigos, entre otros. En el sitio de trabajo, los hipócritas son la mayor fuente de malentendidos entre las personas. Su juego de matoneo consiste en deteriorar los vínculos de confianza y con ellos, los de rectitud, justicia, equidad y compromiso laboral.
- Los destructores o criticones, son matones bien entrenados en el arte de la descalificación. Sus críticas pretenden destruir los argumentos, ideas, propuestas y resultados de sus compañeros. Son hábiles cazadores de la imperfección. Aprovechan las dificultades y las debilidades de los demás para inocular el ambiente laboral de maledicencia y pesimismo.
- Los buchones. Bajo la metáfora del buchón de agua que interrumpe el flujo natural de las corrientes de agua se representa a aquellos colegas que interfieren y desvían el flujo de la información. Están especializados en captar información a la vez que bloquean el acceso de los demás. Este tipo de matoneo genera rupturas en la comunicación. La ambigüedad de la información disponible es el caldo de cultivo para que se desconfíe en los líderes, se incrementen los conflictos entre los pares y se invisibilicen los logros de los equipos.
- Los saboteadores. Son los trabajadores que conocen detalladamente los procesos y, por tanto, los puntos críticos. la violencia que ellos generan en el ambiente de trabajo está relacionada con la forma como crean condiciones propicias para que emerjan los errores. Su habilidad está en callar los aspectos importantes de un proceso a sabiendas de que las omisiones generarán no conformidades. Disfrutan cuando los colegas son amonestados.
Lo más frecuente es encontrar varios rasgos en un mismo matoneador. Un victimario puede ser saboteador, criticón y buchón al mismo tiempo. Su tarea es generar tanto malestar como sea posible. Si, además es sociópata, ni siquiera será consciente del sufrimiento que le causa a sus compañeros de trabajo.
¿Cómo actuar al identificar un matón en el equipo de trabajo?
Lo primero es reportar la situación al jefe inmediato. Es importante usar datos y hecho verificables de modo que el jefe pueda adelantar un diálogo de carácter reflexivo con la persona que es percibida como victimario.
Ya sea en una conversación individual con la persona que ejerce las acciones de matoneo o con el equipo completo, es necesario que el jefe, apoyado en el área de recursos humanos o en un psicólogo/a organizacional, aclare el tipo de conductas que tipifican una situación de maltrato, acoso, matoneo o intimidación y las consecuencias que puede tener ello para la víctima y para el victimario.
En todas las situaciones es necesario tener presente la reglamentación vigente sobre el acoso laboral y las implicaciones laborales y legales que se derivan si el maltrato es confirmado.
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