Este ha sido un tema de conversación con mis amigos y colegas en diferentes países: los empleados nos sentimos felices cuando alguna de estas 7 situaciones se presenta en los lugares de trabajo. Entender estas condiciones laborales permite que los jefes y las directivas de las empresas se tomen en serio la felicidad de los trabajadores y las condiciones básicas del bienestar laboral.

Realización personal: “puedo desarrollar todo lo que soy y tengo”.

Es la percepción que tiene el empleado de poder desplegar todas sus competencias a favor de la consecución de los objetivos institucionales a la vez que es remunerado por ello.

Las investigaciones realizadas en este campo por la agencia QMI en Canadá, indican que no hay diferencias notables en la realización personal entre empleados del sector público y el privado. Por el contrario, el tamaño de la empresa es un factor decisivo. Los empleados de empresas pequeñas y medianas se muestran más favorables a la pregunta por la realización personal (73,1% de favorabilidad) mientras que los empleados de las grandes empresas de más de 300 empleados le asignan una favorabilidad de 69%.

La responsabilidad sobre equipos de personas y presupuestos: “lidero personas y respondo por las finanzas”.

Este se revela como el segundo factor de satisfacción en el trabajo. Los empleados que tienen la experiencia de liderar equipos de colaboradores y entregar reportes del flujo de un presupuesto experimentan una mayor satisfacción laboral.

Es claro que estas dos dimensiones requieren competencias específicas y que están reservadas para los mandos medios. Sin embargo, los colaboradores de cargos operativos experimentan alta satisfacción cuando pueden colaborar con funciones de liderazgo y manejo de presupuestos ya sea por reemplazo de algún jefe o como parte del proceso de formación y entrenamiento.

El civismo y respeto: “trato y me tratan correctamente”.

El buen trato, la cordialidad y demás condiciones de la vida ciudadana son requisitos para que haya un ambiente favorable a la satisfacción laboral. Algunas organizaciones han generado protocolos de buen trato entre sus empleados Otras se apoyan en las condiciones del ambiente social.

Se encontró que las prácticas de civismo y respeto entre jefes y subalternos y entre pares, explican un buen porcentaje de la satisfacción laboral; sobre todo en grandes empresas en las que las relaciones son más distantes y funcionales.

Dos sectores económicos son muy sensibles al civismo y respeto entre sus trabajadores: el sector financiero y contable, y el sector salud. Es importante mencionar que toda la fuerza comercial, en cualquier tipo de negocio requiere unas condiciones de elevado civismo y respeto para ejercer sus funciones de cara al cliente final.

El clima organizacional: “el ambiente de trabajo me predispone a dar los mejores resultados”

Este componente organizacional envuelve la satisfacción laboral, es decir, es una unidad de mayor capacidad explicativa. ¿Por qué? Porque el clima organizacional muestra la calidad de la adherencia entre lo que se dice en la empresa, lo que se hace y el cómo se hace. Este componente es muy sensible a los valores de la empresa y la sinergia con los valore de los trabajadores. El clima organizacional, en general, se muestra más favorable en empresas de menos de 300 personas y en entidades no sindicalizadas.

El reconocimiento: “la empresa sabe quien soy”

Ya sea como salario, como beneficios, como incentivos o como retribución emocional, el reconocimiento es fundamental para mantener una buena satisfacción en el trabajo. Algunos investigadores identifican en este aspecto uno de los motores de la felicidad laboral.

Al respecto, en las empresas con fuerza sindical activa, los índices de reconocimiento son mayores que en las empresas sin sindicatos. La razón es que las negociaciones laborales formalizan aspectos como la antigüedad, la formación de los empleados, las vacaciones, los días compensatorios y demás elementos que generan un ambiente de protección laboral. De algún modo, lo que el primer reconocimiento que busca un trabajador son sus derechos laborales.

La remuneración: “recibo lo justo y equitativo por mi trabajo”.

Es un factor esencial en la vida laboral. En este aspecto, los gestores deben saber que la felicidad, realización y satisfacción de un empleado tienen que ver con que el pago sea el acordado, en las fechas convenidas y que haya un ambiente de justicia, equidad y rectitud en todos los aspectos inherentes al sueldo.

Nada peor que una empresa en la que el trabajador sienta que es injustamente o precariamente pagado o que haya inseguridad en el pago de las obligaciones salariales.

Sentimiento de pertenencia: “cuentan conmigo y cuento con ellos”.

Tienen que ver con el grado de proximidad o distancia que tienen los colaboradores sobre su participación en el proyecto empresarial. Este sentimiento de pertenencia es más alto en las empresas de menos de 300 trabajadores en las que las relaciones son próximas y el conocimiento que los colaboradores tienen del proyecto empresarial es muy elevado.

Las empresas de más de 300 empleados, establecen relaciones meramente funcionales en las que los empleados sienten menos vinculación con la visión fundacional, con la operación global y, por tanto, con la proyecto de negocio.

Está de moda el concepto “Gestor de felicidad”. No es el título que más me convence para acompañar la función de los jefes o de las áreas de talento humano. El trabajo comporta un conflicto de base que no se puede ocultar. 

De otro lado, me agrada que los líderes se preocupen de los empleados en todas sus dimensiones y si la “felicidad” es un concepto envolvente que implica una extensión de las responsabilidades de la empresa frente al trabajador, me siento más alineado.  En todo caso, la felicidad no es un asunto etéreo. Pasa por elementos concretos de bienestar, justicia social, equidad, salario y relaciones laborales.

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