Si ha enviado su CV más de 15 veces y no ha recibido ninguna oferta laboral, es tiempo de hacer una revisión detallada de su documento.
1 – Un CV sin límites. Es verdad que no hay reglas sobre la longitud de un CV pero si hay acuerdo sobre los calificativos: conciso y preciso. Es necesario hacer elecciones sobre la cantidad de información que incluye. A título de recomendación: incluya información veraz y suficiente para que el lector pueda comprender sus competencias, responsabilidades y logros. Solo en la carrera académica o en los cargos públicos de alto nivel se requieren CV tan rigurosamente detallados que pueden contar con decenas de páginas.
2 – Datos de contacto incompletos o erróneos. Parece algo obvio, pero muchos candidatos no actualizan la información de contacto: número de teléfono y correo electrónico. Es frecuente que esto ocurra por las sucesivas versiones de CV.
ANÉCDOTA PERSONAL: Traté de contactar telefonicamente a un candidato, hombre de 27 años para cerrar un proceso de selección que estaba abierto hacía más de un mes y el cliente presionaba.
Marqué el número consignado en el CV y fue una voz femenina la que contestó mi llamada. Claramente no era ella a quien yo quería contactar. Ella, con voz entrecortada, me explicó que le había dado su modelo de CV a un amigo y, seguramente él, no había borrado los datos de contacto. Ella insistió en darme un número de teléfono para que yo lo llamara. En efecto, nunca llamé.
Se trataba de la vacante de un cargo en el área de Control de Calidad y el candidato había señalado como su competencia principal la Atención al detalle.
3 – Palabras «cliché»: son palabras que distraen a los lectores del CV y que evitan que el reclutador llegue y sopese la información relevante. Algunos ejemplos son: «Alta atención para enfrentar las situaciones que pueden traer problemas para el negocio» o » Habilidad para conversar con los equipos de trabajo». Ambos ejemplos tomados de CV reales.
4 – Errores gramaticales y de ortografía. Estos errores son frecuentes y son graves. Los candidatos suelen disculparse pensando que los reclutadores también cometen errores. La realidad es otra. En el caso de un CV, un error de ortografía o de gramática pone en evidencia a un candidato con baja atención a los detalles. En el peor de los casos, es manifiesto de su pereza para usar las ayudas tecnológicas que permiten revisar la calidad de los textos. Algún reclutador simplemente dirá: » una falta de ortografía es poco profesional. Y punto «.
5. CV «standard». El cambio de empleo significa adaptación al proyecto de la nueva organización. Un error frecuente es pensar que un solo formato de CV puede aplicar a cualquier tipo de proceso de selección. En la práctica, el candidato debe revisar y ajustar el CV a la oferta laboral: destacar competencias, experiencia y logros específicos que atraigan la atención de los lectores del currículo y que orienten la entrevista.
6. Diseño en un formato poco creativo. El CV es el primer contacto que la organización tiene con los futuros empleados. Una empresa espera que el formato del CV sea acorde al tipo de colaborador que busca. Empresas con culturas organizacionales de avanzada, enfocadas en los millenials, espera que el CV sea original en términos del formato general, los colores, el tipo de letra, y demás recursos visuales que sirven para ordenar y precisar la información del candidato. Otra empresa, quizá del sector de las finanzas o del derecho, espera que los CV tengan la impronta de colaboradores serenos, confiables, estructurados, centrados en los objetivos y resultados. La creatividad no siempre se expresa en la profusión de colores. En general, se espera que el CV creativo sea claro, preciso, bien estructurado y de fácil lectura.
7. Uso abusivo de tecnicismos. Los reclutadores no saben al detalle todos los pormenores técnicos de los cargos. Ya me ha ocurrido tener que revisar CV plagados de términos técnicos para denominar las acreditaciones para un cargo. En la revisión, me he tenido que apoyar en los jefes y miembros de los equipos para comprender las siglas y estimar la pertinencia de esas acreditaciones. He identificado que los jefes y pares, quienes conocen bien el detalle técnico, descalifican los CV que abusan el uso de siglas y nombres rebuscados. En el gremio, saben reconocer los insumos realmente importantes, lo demás, parece charlatanería.
8. CV «tetris». Aquí me refiero a los CV que se hacen de manera tan calculada que usan exactamente los términos de la convocatoria para diseñar el listado de competencias del candidato. Como si el candidato fuera una pieza de «tetris» que encaja perfectamente en la vacante. Ese tipo de candidatos no existe y si se presenta, quizá sea descartado porque un excesivo ajuste al cargo, no permite proponer acciones de mejora para sí mismo y para el proceso. Si ese candidato/a llega, al poco tiempo se sentirá poco desafiado por el cargo y, quizá, se desmotive. Es bueno conocer la vacante y adaptar el CV a las expectativas del cargo, pero es necesario mostrar que hay oportunidades de crecimiento tanto para la persona como para la función.
9. Sobrestimar las propias fortalezas y habilidades. Es difícil pero no imposible: encontrar la justa medida. Si bien el CV debe mostrar todas los conocimientos, competencias y habilidades de un candidato no puede constituirse en una oda al ego. Se debe desterrar el uso de calificativos como inmejorable, magnífico, insuperable y dar paso a otros descriptores, adecuados al nivel en el que se presenta la competencia o cualidad.
10. Datos falsos o que no pueden ser verificados. Toda la información consignada en el CV debe ser verificable. Solamente se excluye la información que está protegida por la confidencialidad del empleador, por ejemplo, el presupuesto a que tenía acceso, el nombre o datos de los clientes, los documentos inherentes a la competitividad del negocio. Todo lo demás, debe ser soportado adecuadamente.
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